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La libertad tiene muchos refugios.
Estos refugios se perciben en las miradas, gestos… en bocas abiertas que dejan escapar desde lo más profundo gritos, cantos, risas.
Estas mujeres nos gritan en la cara su libertad de reír, de soñar, explotando en esas bocas el color y la fuerza de lo genuino, lo que llevamos dentro que no se apaga nunca, porque ya fue conquistado.